Nunca más, Ryanair. Nunca más.
- bombapetite
- 9 ago 2016
- 4 Min. de lectura
Hoy les vamos a contar nuestra experiencia con una de las aerolíneas “low cost” más conocidas e importantes: Ryanair. El día 4 de agosto íbamos a volar con esta compañía desde Barcelona hasta Tenerife Sur. Nos pasó algo que nunca nos había pasado en ningún avión y vivimos una experiencia que a nadie le gustaría vivir. Por esto mismo, les vamos a explicar punto por punto lo que nos pasó esa noche y lo que nos hizo Ryanair con detalle:
1. Retraso del vuelo: en primer lugar, el vuelo tendría que haber salido a las 21:25 horas del aeropuerto de Barcelona. Finalmente embarcamos una hora más tarde (a las 22:20 horas) y el avión despegó ya pasadas las 23:00 horas.
2. Maletas para la bodega: en la cola para embarcar, aparecieron dos encargadas de Ryanair para coger nuestras maletas y facturarlas en la bodega, porque no cabían en los compartimentos del avión. Es algo que nos molesta mucho, porque cuando viajas con estas aerolíneas, ajustas todo tu equipaje a un tamaño de maleta especifico para que te dejen llevarlo contigo, para que después, ellos sigan haciendo lo que les viene en gana.
3. La peor experiencia de nuestras vidas: durante el vuelo no hubo problemas, pero lo peor empezó cuando nos acercábamos a Tenerife para aterrizar. A medida que el avión descendía para acercarse a tierra, cogía más y más velocidad. Parecía que el avión iba a caer en picado. Era una sensación tan real, que todas las personas que nos acompañaban en el avión comenzaron a elevar la voz y a gritar ante esta situación de pánico que estábamos viviendo, porque, literalmente, pensábamos que el avión se iba a caer. De un momento a otro, el avión se colocó de forma vertical mirando hacía el cielo y, con más velocidad todavía, comenzamos a subir de nuevo hacia la oscuridad de la noche, alejándonos de la isla.
4. Una tripulación que no hace su trabajo: tras este suceso, muchas de las personas que viajaban en el avión sufrieron ataques de ansiedad, momentos de desesperación y llantos, mareos y por poco, desmayos. Había niños pequeños y ancianos y las azafatas no dieron la cara en ningún momento, les pedíamos a gritos explicaciones (ya que ellas se encontraban en sus puestos en los extremos del avión). Cuando nos oían preguntar que había pasado y nos oían pedirles ayuda, NOS QUITABAN LA MIRADA y NO NOS RESPONDÍAN. Ante eso, lo primero que todos pensamos fue que algo serio había pasado y que nos ocurriría algo muy, muy malo.
5. Desvío al Aeropuerto de Gran Canaria: después de estar volando en el aire entre 5 y 10 minutos, nos dijeron que todo esto había pasado por el viento, y que nos desviarían a Gran Canaria. Al aterrizar en la isla vecina a la 01:30 de la mañana, le dimos las gracias al cielo por estar vivos y por haber tocado tierra con éxito. Pero todavía hay más. Cuando nos disponíamos a levantarnos de nuestros asientos para abandonar el avión en Gran Canaria, nos quisieron retener, diciéndonos que en 30 minutos recibiríamos más información. Tras estar un rato esperando en el avión, anunciaron que en 30 minutos - 1 hora aproximadamente retomaríamos el vuelo para INTENTAR -ojo al dato- INTENTAR aterrizar de nuevo en Tenerife. Muchos de los pasajeros nos negamos y reclamamos nuestro derecho a bajarnos allí donde estábamos y, finalmente, lo conseguimos. En el avión también recibimos un aviso que decía lo siguiente: “Pueden dejar el avión aquí, pero las personas que lo dejen lo harán bajo su responsabilidad”. Nos bajamos del avión pasadas las 02:00 de la mañana.
6. Se llevaron nuestras maletas para Tenerife Sur: Al bajarnos del avión, preguntamos si nos darían nuestro equipaje que se encontraba en la bodega y nos dijeron que sí. Un encargado de la pista del aeropuerto nos pidió el ticket de nuestras maletas, apuntó el número de identificación y nos dijo que esperáramos. Tras un buen período de espera y mientras las demás personas recibían su equipaje, nosotros seguíamos igual. Finalmente nos informaron de que teníamos que ir al aeropuerto y que pasarían nuestras maletas por la cinta. Estuvimos media hora esperando en la cinta por las maletas y jamás llegaron, se las iban a llevar de nuevo a Tenerife.
7. Noche en Gran Canaria: después del trato recibido por la tripulación y del susto del avión, no queríamos arriesgar nuestra vida lo más mínimo, por los que al bajarnos, cogimos un taxi hasta el puerto de Las Palmas para coger el primer barco a las 07:30 horas de la mañana. Pasamos toda la noche en el puerto, con frío y cansancio infinito.
8. Nuestras maletas en el sur: al final, llegamos todos a salvo a Tenerife a las 10:00 horas de la mañana el día 5. Pero nosotros dos tuvimos que ir al Sur de la isla después de esta fatídica noche a recoger el equipaje, porque ni siquiera Ryanair se hacía cargo de traérnoslas a nuestras casas.
Definitivamente, nosotros no viajaremos nunca más con Ryanair. Queríamos contarles esta experiencia simplemente para que supieran lo que significa viajar con esta compañía y que no les ocurra lo mismo ni nada parecido. Además, queremos que esto se sepa; que se sepa lo que nos hicieron y sobre todo como nos trataron.
Por último, queremos decir que nosotros entendemos PERFECTAMENTE que el avión haya tenido problemas para aterrizar, porque es algo habitual, con lo que nos estamos de acuerdo es con el trato recibido por la tripulación. NO hicieron su trabajo, NO nos tranquilizaron y nos trataron como a perros. Por esto mismo: nunca más, Ryanair. Nunca más.
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